Recientemente, y con motivo de la visita de unos amigos, emprendí un viaje a través de este verde país, en el cual visitamos entre otros el Reino Unido dentro de la isla esmeralda, osea Irlanda del Norte.
Lo primero y más importante, Irlanda del Norte es igual que el resto de Irlanda, por lo cual no quiero decir que sea una visita obligada, sino recomendada, pero como todo lo turístico con respecto a este país. La salida desde Dublín se produjo bastante temprana, sobre las 6.30, ya que teníamos que cruzar media isla para llegar. El primer contacto con el Reino Unido fue al parar en la típica gasolinera a tomarse un café, los precios ya estaban en libras, pero sin embargo podías pagar con euros sin problemas, eso si, el cambio te lo daban en libras, haciendo que no tengas el control de lo que vas gastando.
El viaje se caracterizaba porque iba bordeando todo el estado por la costa, haciendo numerosas paradas en diversos pequeños pueblos de pescadores, en uno de ellos(no recuerdo el nombre) tenían la suerte de poseer el único pub en 60 km a la redonda, algo impensable en España. El trayecto estaba más cerca de parecerse a un rally que a un viaje de placer, ya que nuestro conductor conducía a gran velocidad(mucho más de lo recomendado), por pavimento mojado y carreteras comarcales que seguramente son puntos negros, pero salimos ilesos.
Una de las paradas importantes era el puente de cuerda de Carrick, el cual unía los acantilados del este del país con una isla no muy lejana. Lamentablemente no pudimos cruzarlo por el fuerte viento que nos recibió ese día, de todas formas mereció la pena pasear por sus alrededores, luchando contra el viento para no caer al mar.
Sin duda alguna la mayor atracción y total detonante del viaje fue visitar la calzada de los gigantes, una maravilla natural que consta de columnas de basalto perfectamente poligonales creadas por el rápido enfriamiento de la lava. Este lugar dio pie a una leyenda contada de distinta manera por irlandeses y escoceses. Nuestro guía nos contó esta: Fionn,el gigante más fuerte de Irlanda y Benandoner, el gigante más fuerte de Escocia se querían enfrentar para ver quien era el más fuerte, pero no se ponían de acuerdo en donde se celebraría la pelea. Un día Fionn empezó a poner piedras hasta Escocia para crear un puente por el cual pasara Benandoner. Su sorpresa fue cuando le alcanzó la vista y vio que el escocés era bastante más grande que él, así que ideó un plan para engañarlo, se disfrazó de bebé a la espera de Benandoner para su afrenta. Cuando este llegó a tierras irlandesas lo único que vio fue a un bebé muy crecido, el cual le contó que era hijo de Fionn; Benandoner, se imaginó como debía de ser de grande Fionn si este era el tamaño de su bebé y huyó rápidamente de vuelta a su isla. A la vuelta hundió el paseo para que Fionn no pudiera ir a por él.
Finalmente llegamos a Belfast, donde el frío y el cansancio acumulado de la larga jornada hizo que no pudiéramos apreciarla como era debida, tras una hora de paseo por sus calles (y sin ganas de buscar el callejón de Sons of Anarchy) volvimos antes de tiempo al autobús, ¿cómo definir Belfast? Como una gran ciudad, del estilo de Madrid o Dublín, con muchos edificios modernos que personalmente a mi no me interesan tanto como los prados llenos de vacas y ovejas.
Agradecimientos a Alfonso y Puche, porque sin vosotros no creo que hubiera hecho este viaje.