Este país tiene fama de ser el más alcohólico del mundo, y con razones, los pubs abren a sobre las 10 de la mañana y no cierran hasta las 2 de la noche, por lo que puedes pasar el día dentro de uno nada más levantarte, y hay muchos que lo hacen. El pub no sólo proporciona bebida, tiene sus horarios de comidas. Puedes empezar por el típico "irish breakfast" sólo apto para gente dispuesta a morirse tras comérselo, ya que es ultracalórico, suele estar compuesto por huevos, salchichas, puddin blanco y negro(esto es muy parecido a la morcilla de arroz pero con pinta de plasticazo), tomate a la plancha, bacon y alubias en una salsa de lago intermedio al ketchup y tomate frito.
Con esta comida ya puedes pasar hasta la hora de cenar, y si no me crees te reto a que lo pruebes, así entendí como la gente pasa al medio día con un triste sandwich.
Lo malo de que abran tan temprano, es que hay gente que empieza a beber desde bien pronto, y claro siempre hay quien dirá que en España también pasa, pero la diferencia es que mientras nosotros nos tomamos unas cañas, aquí se toman unas pintas, y no es de extrañar encontrarte a las tres de la tarde a gente tirada por los suelos abrazados a una lata de Carling o gente que llega a casa en taxi y tambaleándose como si fueran zombies.
Entiendo que la gente no quiera salir de estos lugares, buena música, sobre todo en directo, algo muy difícil de encontrar en España; gran variedad, no sólo de licores, sino de cervezas(rubias, negras, rojas y sidra para cuando no te apetezca mucho); un ambiente bastante familiar y libre de humos, y en general bastante limpio y bien cuidado. El problema sería el precio, pero con un trabajo aquí no existe ese inconveniente. Las pintas (sobre medio litro) dependiendo la hora y el lugar te pueden costar entre 3 y 5 euros, y los cubatas de 5 a 10, como en España pero con menos alcohol, espera no, igual que en España.
Por las noches suelen montar conciertos en directo, los cuales aconsejo mucho y si son de música irlandesa tradicional mejor, el pub Bodrhán en Cork y Temple Bar en Dublín son claros expositores de estos espectáculos, los intrumentos típicos son la flauta, el Bodrhán(una especie de tambor), la gaita, el violín, la mandolina y el banjo, y no es de extrañar que en los pubs de la periferia de las ciudades se junten las personas cada una con su instrumente y toquen por diversión.
Las comidas que suelen servir por la noche es en plan cocktail, con minisalchichas y frituras varias, como nuggets de pollo y aros de cebolla. En este momento llega el auge de los pubs, todo el mundo acude en masa a ellos, para tomarse unas pintas o whsikys después de un largo día de trabajo, y no es de extrañar ver a gente de todas las edades masificando estos templos al alcohol. Ya sea con música típica o pinchando un dj, todo el mundo baila hasta la hora de cierra, triste momento de partir hasta el día siguiente para seguir machacando al hígado.